Eva-la bella-Eva se niega a comer el fruto del árbol.
Dios, desesperado, no halla argumentos para someterla y el libro que está escribiendo puede terminar en un fracaso editorial.
Eva-la bella- Eva se niega a comer el fruto del árbol. Tampoco acepta la hamburguesa y rechaza el vaso de Coca-Cola.
Dios no puede disimular su impostura y anda por el huerto del Edén a los gritos “¿Dónde estás tú? ¿Dónde estás tú?”
Tras el tronco del árbol, Adán-el bello-Adán pisa la cabeza de la serpiente y mira a Dios con su mejor sonrisa de espantapájaros.
“Que sea un fracaso, que todo sea un fracaso”, suspira Adán-el bello-Adán.
Pero ocurre entonces que Eva-la bella-Eva sucumbe a la tentación: Dios, acaba de ofrecerle un espejo.
ASUNTOS PRIVADOS
Primero acontece la belleza de su perfume. Después, ella llega hasta mi habitación. Me pide que la acompañe hasta el corredor para hablarme de un asunto privado. Sigo en silencio la desnudez de sus pasos. Una vez que estamos a solas ella me anuncia, en tenues resonancias de aire, que estoy agonizando en el interior de esa pieza.
Al regresar, me miro desde la cama buscando el eco de sus palabras. Cierro la puerta. Los dos respiramos por última vez la bella fragancia de la vida que nos deja.
Siempre queda bien un epígrafe para empezar. Escúchese:
Cuando la palabra calla suele hacerse escritura.
Las bibliotecas son depósitos de silencio, salas de espera.
[Diarios del ergonauta]
Bienvenidos al Despelotario de la Palabra, lugar donde el hacedor ausentepresente compila sus decires cual señora que tira la basura por la ventana de su alma.
Archivo. Palabra de la semana. Dos puntos. La Traición.
La traición. Ergo, dedicamos este segmento de programa a Judas Iscariote y a los traductores literarios, paradigmas iconográficos del traidor universal.
A continuación daremos lectura y voz a un puñado de mensajes remitidos por oyentes ausentes acerca de la palabra elegida esta semana.
Dicen los vecinos del barrio que algunos mercados viven a costa de la muerte de otros. Lo mismo ocurre con muchos sobrevivientes de guerra: facturan entrevistas, libros, guiones de cine vendiendo la muerte de los caídos.
Otro mensaje nos cuenta que los traidores son fácilmente distinguibles: un traidor siempre viste ropa ajena.
Al enemigo y al traidor, nos dicen, al enemigo y al traidor, regale usted perros que no ladran. (Lema de la ópera "Muerden Sancho").
Tengo otro mensaje de oyente: La traición no es un valor sino un acto, ergo: hay buenos y malos traidores.
A veces, un traidor se transforma en héroe.
Los héroes de guerra, además de asesinos consagrados, son traidores a la humanidad.
El verdugo que se niega a ejecutar a un inocente es un traidor a La Ley.
Sin el buen traidor de Judas, algunas iglesias no tendrían amuletos para colgar en el cuello de sus fieles.
La cruz, ese instrumento de tortura, es el símbolo de la traición de los hombres a Dios.